Frank Carden (Morgan Freeman) es un asesino a sueldo a quien le han encargado eliminar al multimillonario Lydell Hammond, no obstante, sus planes se tuercen al tener un grave accidente. El agente Ray Keene (John Cusack) y su hijo (Jamie Anderson) que se encontraban en la zona mientras iban de excursión, encuentran el coche accidentado de Frank. Cuando logran rescatarlo se dan cuenta de que se trata de un asesino y deciden llevarlo ante la justicia, aunque Frank no estará dispuesto a aceptar tal desenlace.